
Este año se cumple el segundo centenario de la entrada de las tropas napoleónicas en España, de llamada guerra de la Independencia en España o de la guerra del Francés en Catalunya. Desde algunos sectores intentan unir dicha efemérides con un intento de ensalzar los sentimientos más patrios, de otros lo ven como una efeméride sin más y otros como de una oportunidad perdida.
A nadie le gusta que le invadan y si a una invasión extranjera se le añade una crisis social y económica y una falta de abastos a la población, la crisis irremediablemente esta servida. Murat entro en España sin ninguna resistencia, pero con el tiempo los factores anteriormente citados desencadenaron la revuelta popular únicamente de las clases más bajas y paupérrimas, los altos mandos militares y la aristocracia no movieron un dedo contra la invasión, al contrario que la clase más baja que se revolto más por necesidades de tipo físico que por las de tipo espiritual o patriótico.
La insurrección madrileña comandada por Daoiz y Velarde no tubo en ningún caso el apoyo del ejército, posteriormente las gestas del empecinado, Espoz, Mina y el cura Merino y sus seguidores eran consideradas como la kale borroka de la época y sus dirigentes como terroristas.
En lo que respecta a Catalunya, Duhesme tampoco encontró resistencia alguna, una de las pocas resistencias encontradas fue en el Bruc, donde el ejercito napoleónico comandado por Schwart tubo que retroceder momentáneamente (no por la acción del niño tamborilero que es una leyenda incorporada, que unía el retroceso francés en el Bruc con una novela famosa en la época que narraba exactamente la misma acción) pero al igual que en resto de España el desabastecimiento hizo estragos, así como la desacertada política aplicada.
Un par de años después al malo Duhesme se le sustituyo por Augereau, que intento congraciarse con los catalanes, creando un gobierno catalán totalmente separado del español y del Rey impuesto Jose I (Pepe botella), donde el idioma catalán era otra vez oficial (desde 1.714) junto con el francés. Pero todo lo bueno termina pronto, dicho mariscal duró pocos meses, y le sustituyeron los mariscales McDonal y Mathieu, que se repartíeron los brazos militar y civil, los cuales en 1.812 separararon totalmente Catalunya de España y la anexionaron a Francia a modo de protectorado. Andorra se incorporaba a Catalunya y la Val d’Aran se incluía dentro del departamento francés de la Alta Garona.
El desastre de la campaña rusa de Napoleón y el aumento de la resistencia en España hizo que en mayo de 1.814 marchase el último soldado francés de España.
Una oportunidad perdida, una gesta que con la entrada de Fernando VII, la ilustración y el Estado Liberal desapareció, lo que significo un retraso político de 170 años de España respecto a Europa, unas Cortes de Cádiz y una Constitución liberal de 1.812 desaparecidas, una vuelta al ostracismo y a la incultura.
En muchas ocasiones he escrito en este blog las diferencias de tipo cultural, de educación y de ciudadanía que encuentro con respecto a otros países de Europa, sin duda mucho más desarrollados culturalmente, hace 200 años tomamos un rumbo distinto a ellos y así nos ha ido.
Por otra parte, ¿Qué hubiese pasado si Catalunya se hubiese quedado como protectorado francés? Personalmente creo que estaríamos mucho mejor que ahora, depender de alguien ya es malo, pero al menos mejor depender del más desarrollado en lugar del más subdesarrollado.
Si se hace alguna conmemoración, lo mejor sería realizarla sobre las ideas ilustradas y liberales de los afrancesados, frente a las reaccionarias y despóticas del resto, pero creo que este no será precisamente el objetivo de las conmemoraciones, más bien se intentará darle una visión cutre y patriotera.